Hay ciertas distorsiones del universo cubano que uno aprecia de cerca cuando salimos de Cuba, los tópicos irremediables son que todos los cubanos son negros, que todos los cubanos bailan salsa y que en Cuba es típico comer “arroz a la cubana” (al menos eso sucede por aquí)
¡El arroz a la cubana NO es cubano! Eso sí, nos toca muy de cerca por ser canario y porque esta receta (a excepción de la salsa de tomate): arroz blanco, huevo frito y casi siempre plátano maduro frito, es una de las combinaciones con que seducían nuestro apetito cuando éramos niños y una de esas exquisitas simplezas, (como la harina con jaiba, las frituras de malanga o el tamal de maíz tierno), que terminamos echando de menos entre tantos excesos culinarios.
El arroz a la cubana tiene muchísimo éxito en la península ibérica, de hecho, es una plato presente en la carta de algunos restaurantes, (en una de sus versiones se sustituye al plátano por una salchicha) y basta hacer una búsqueda en Google para que aparezcan más de 1000 resultados con la receta.
Si eres cubano y quieres hacer el arroz a la cubana, solo tienes que freír el plátano de forma longitudinal, juntarlo con el arroz blanco y el huevo frito, y como dice la canción ¡que le pongan salsa… pero solo de tomate! Estas ligeras variaciones y hacer honor al nombre de arroz a la cubana bastarán para completar un plato que de seguro les traerá buenos recuerdos.
Muy interesante. Me parece muy bien que explotes lo aprendido en la vieja UCLV de una manera tan fresca. Saludos!
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